Frente a este tema,  otro de los expertos en geopolítica, Anastasiya Shapochkina, ha planteado que las decisiones aún se encuentran en disputa, debido a la incertidumbre y el tenso ambiente que se vive por el despliegue del ejército ruso en territorio ucraniano. Por esto, la Unión Europea y sus aliados deberán optar por acelerar su proceso de transición a energías renovables o alternativas, para contrarrestar los efectos que traería la suspensión del suministro de gas por parte de Rusia a estos países. 

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Desde mi punto de vista, está es solo una de las múltiples consecuencias que traerá este conflicto, no solo en Europa, si no en gran parte del mundo. Esto en vista de algunos efectos ocasionados después del primer ataque de Rusia a Ucrania, como el aumento del precio de petróleo, y otras materias primas, la caída del precio de algunas acciones en la bolsa de valores, y el aumento del precio de metales preciosos, cómo el oro y la plata. Además, de las pérdidas humanas, el desequilibrio de las relaciones internacionales y con ello un posible cambio en el orden mundial.

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En definitiva, la riqueza energética que posee Rusia, le brinda una ventaja frente a algunos países europeos que dependen significativamente del suministro de gas natural. Sin embargo, no es conveniente para Rusia suspender el suministro de gas, debido a que recibe ingresos de estas exportaciones que aportan a su economía nacional. Además, perdería relaciones comerciales con estos países, y ellos preferirían  el uso de energías alternativas o renovables. Y por último, cabe aclarar que son supuestos escenarios que cambiarán de acuerdo a las decisiones tomadas por los altos dirigentes.